Los beneficios del compromiso ya están bien documentados, se ha demostrado en diversos estudios que las personas comprometidas son más felices, más productivas y permanecen más tiempo en sus organizaciones.
ESG son los criterios que hoy permiten agrupar diferentes acciones del modelo de sostenibilidad de una organización.
Nos ayudan a enmarcar en un plan un montón de acciones sueltas, para así clasificarlas, medirlas, controlarlas y evidenciarlas. La reportabilidad en modelos de memoria nos guían a comunicar en forma transparente a los diferentes grupos de interés asociados al negocio, cómo la organización genera valor no sólo para a sus accionistas, sino también al ecosistema donde se mueve, es decir, a la comunidad, sus proveedores en la cadena, instituciones, colaboradores, entre otros stakeholderes (*).
Pero para empujar el Modelo y el Plan de Sostenibilidad que la estrategia del negocio ha definido, no basta con trabajar sólo en metodologías, estructuras y procedimientos; también se debe observar a quienes hacen que cada decisión y acción cuente en el impacto que genera la empresa en el cambio climático.
Las personas, son las que finalmente promoverán la sostenibilidad en la organización, que empujarán con energía, consciencia y transparencia los cambios de criterio y de conducta para ayudar a la compañía a avanzar en las métricas que le permitan demostrar que opera bajo estándares ESG. Ellas son la clave para que la empresa avance sin desvíos ni fricciones para convertirse en una empresa sostenible. Y cuando nos referimos a personas no es sólo el Departamento, Comité o Gerencia de Sostenibilidad, estamos hablando de cada una de las personas que conforman la organización. Bien podríamos pensar que con capacitaciones, talleres, metas e incentivos sería suficiente, la verdad es que, si bien eso ayuda a generar mayor conocimiento sobre las temáticas de sostenibilidad y refuerza las skills necesarias, a lo que se debería apuntar es a los comportamientos.
Los comportamientos son las conductas, voluntarias e involuntarias, que tiene una persona frente a situaciones o estímulos del medio.
Las personas que creen en la sostenibilidad y la promueven tendrán comportamientos más favorables a los criterios ESG, serán defensores, embajadores y multiplicadores de las acciones que impulse la compañía de forma sincera, transparente y con sentido, pues creen que su trabajo en la empresa tiene un propósito y que cada paso es un impacto en el bienestar de las personas y del planeta.
He agrupado algunos comportamientos según los criterios ESG que radican en el “mindset” o creencias de las personas que hacen que éstas promuevan con mayor facilidad y agilidad la adopción de modelos sostenibles en una organización. Para detectarlos es importante observar con atención en cómo y cuándo se producen esas conductas, si son naturales, espontáneas, “cuando nadie los está viendo”, o son para la foto, para que otros los perciban y finalmente terminen siendo nada más que un “greenwashing personal”