Los modelos tradicionales, donde los beneficios eran percibidos como algo transaccional y genérico, ya no son suficientes. Hoy, estamos frente a un nuevo paradigma, el Bienestar 3.0, un enfoque donde conocer al trabajador y su familia, personalizar la oferta de beneficios y así aportar en mejorar la calidad de vida de las personas son los tres focos claves para una organización exitosa en el siglo XXI.
Tanto a nivel personal como profesional, nuestra realidad está inmersa en la era de la personalización. Vivimos en un mundo donde plataformas como Netflix, Spotify y Tik Tok nos ofrecen sugerencias basadas en nuestros gustos y hábitos. Como consumidores, nos estamos acostumbrando a experiencias personalizadas y exigimos en diversos ámbitos un tratamiento de estas características.
¿Cómo inconscientemente no le voy a pedir a mi empresa – aquella a la cual le dedicó más de 1/3 de mi día- que también me conozca y me ofrezca soluciones de bienestar que me sirvan?
Para lograrlo, las áreas de recursos humanos deben focalizarse en 3 puntos fundamentales:
Conocer
La clave ara una personalización efectiva y significativa radica en el conocimiento profundo del individuo y su familia. Cada persona es única, con sus propias necesidades y aspiraciones. La diversidad es abundante y el desafío de las áreas de Recursos Humanos es entender y respetar estas diferencias.
Asimismo el bienestar de las personas no radica solamente en el trabajador, sino en su grupo familiar. Si alguien en el hogar está mal, todos lo estamos. Uno se pregunta ¿Quién puede trabajar realmente bien cuando sabe que su hijo tiene un problema de salud mental no solucionado?
Para conocer a nuestros empleados, necesitamos recoger y analizar datos. Levantar esa “Data con Alma” y así identificar los temas de bienestar que son claves para nuestros trabajadores y alinearlos con las prioridades y la cultura de nuestra empresa para identificar oportunidades de mejora.
Personalizar
Una vez que conocemos a nuestros empleados, el siguiente paso es personalizar sus beneficios. El concepto de “beneficio dinámico” se refiere a la posibilidad de proporcionar beneficios adaptados a cada empleado. De acuerdo con un estudio de MetLife UK, el 50% de los trabajadores estaría dispuesto a sacrificar parte de su salario por beneficios personalizados. Esto nos muestra el gran impacto que puede tener la personalización en el bienestar de los empleados.
La personalización de beneficios no debe ser estática, ya que las necesidades de los empleados cambian con el tiempo. Es necesario un sistema de monitoreo y gestión permanente, con el debido apoyo para permitir evolucionar eficientemente.
Esta personalización no sólo implica satisfacer las necesidades individuales, sino también ser eficiente en la inversión de bienestar. ¿Tiene sentido tener el mismo seguro de salud para toda la empresa cuando en ella conviven solteros, casados con niños y adultos mayores? Al entender mejor las necesidades de nuestras personas evitamos soluciones promedio para problemas que no son promedio, ofreciendo así beneficios específicos para los que realmente lo necesitan, cuando lo necesitan, aportando a mejorar su calidad de vida y maximizando así el retorno de nuestra inversión.
Mejorar
La última y más importante etapa de este proceso es mejorar. Conocer a nuestras personas y personalizar sus beneficios son pasos cruciales, pero debemos ir más allá. Necesitamos una plataforma de gestión de bienestar que nos permita evaluar constantemente la eficacia de nuestras políticas y programas de bienestar.
La mejora continua requiere medir y analizar. Medir para entender cómo se están utilizando los beneficios, cómo están impactando en la satisfacción y el compromiso, y cómo se pueden mejorar para adaptarse a las necesidades cambiantes. Este análisis nos permitirá optimizar nuestros esfuerzos y asegurarnos de que estamos proporcionando un bienestar auténtico y significativo.
En resumen, el Bienestar 3.0 es un enfoque basado en datos, que pone el conocimiento, la personalización y la gestión, en el centro del área de Personas. Al igual que la evolución que ocurrió en las áreas de tecnología, que hoy son áreas de transformación digital y se encuentran en el centro de las decisiones estratégicas, las áreas de Recursos Humanos evolucionarán a áreas de Transformación Personal, adquiriendo un rol estratégico en sacar la mejor versión de cada una de las personas, permitiendo así una mejor empresa y una mejor sociedad.
El desafío está sobre la mesa y hoy es más necesario que nunca que seamos protagonistas del cambio que la sociedad necesita. La era de la información, la personalización y el propósito están aquí para quedarse. Es momento de actuar y ser agentes de cambio que transformen vidas y mejoren significativamente la calidad de vida de las personas y sus familias.
