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“El 63% de los colaboradores de las empresas que promueven la diversidad están felices en su lugar de trabajo”.

Fuente: Estudio “Diversity Matters, América Latina”, McKinsey, 2020

Este potente dato es un indicador bien importante que demuestra el valor que tiene la diversidad e inclusión, en aquellas empresas que la asumen como parte de su compromiso social.

La diversidad no solo es un tema de gran actualidad, sino que además es polémico ante las diferentes visiones que existen. Hay quienes piensan que es un asunto de estricto cumplimiento legal, mientras otros lo ven como algo natural y que es parte del compromiso de las organizaciones con la sociedad.

Sin embargo, el problema va más allá de contratar a personas con distinto género,  condición sexual, ideología, raza, etnia, clase social y hasta lugar de residencia; sino que también está estrechamente vinculado con la integración e inclusión de estos colaboradores

Como primera conclusión, de nada sirve sumar talento diverso y reducir la brecha de género, si los colaboradores no se sienten incluidos y valorados en la empresa. Lo que sí queda claro es que la diversidad enriquece la cultura, fortalece la marca empleadora y tiene un claro impacto en el compromiso de los colaboradores.

Reducir la brecha de género, otro desafío adicional

Ahora bien, la diversidad no es el único desafío complejo para las empresas, pues igualmente deben reducir la brecha de género, a fin de que las mujeres tengan trato, espacios y salarios iguales que los hombres.

Ambos desafíos van de la mano, porque se trata que las compañías contraten talento con base en sus capacidades y habilidades, obviando otro tipo de datos y/o información que pueda conducir a discriminación. 

En ese sentido, los datos sobre la reducción de la brecha de género no son nada alentadores, ya que la pandemia generó un retroceso en el tema, tal como lo demuestra el «Informe Global de Brecha de Género 2020» del Foro Económico Mundial que en su edición 2020 preveía que esta paridad no se alcanzaría hasta dentro de 100 años. 

Lo peor es que, en la versión 2021 del informe, esta organización amplió su predicción afirmando que, a raíz de la contingencia sanitaria mundial, se van a necesitar unos 135,6 años para alcanzar esa paridad entre mujeres y hombres en las organizaciones. 

Esta última proyección demuestra que aún hay mucho trabajo por hacer.

Superar el desafío a partir de la comprensión

Para encontrar la solución a un desafío es básico conocerlo en profundidad. Por eso es importante, ante la gran cantidad de información que existe, definir con claridad qué es la diversidad con el fin de no caer en el encasillamiento de que se trata solo de discriminación por género o condición sexual.

Si quieres ampliar la información, solo ingresa aquí al blog Rankmi.

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