El liderazgo individual y organizacional es un viaje hacia una vi­sión y una acción con propósito, siendo algunas preguntas claves para el líder: ¿qué veo?, ¿qué significa lo que veo?, ¿qué debo hacer con ello?

 

Una organización que quiere obtener el liderazgo, debe reflexionar acerca de su propia esencia, la que determina su propósito. Este conocimiento permite, además, convertir en realidad los sue­ños; es decir, alcanzar su visión. Una visión que no es estática y de la cual no se es esclavo, sino que va cambiando según cambia el entorno y el quehacer. Esta es una iniciativa del líder y de los ejecutivos máximos, que requieren descubrir su naturaleza esencial, para ponerla al servicio de la organización. Es un proceso que se relaciona más con el ser pero que también compromete al hacer.

 

El verdadero liderazgo individual implica un desarrollo o creci­miento personal, tomando conciencia de sí mismo, a veces en forma natural, y otras, mediante el esfuerzo y la perseverancia. El ser se transforma en el hacer. Es un proceso permanente que va permitiendo que el líder pueda inspirar y conducir los cambios donde él se lo propon­ga. Cuando el líder se comprende a sí mismo, con una mentalidad de crecimiento, adquiere actitud de servicio, logra seguridad y autocontrol, que transmite a su entor­no en todas las actividades que desarrolla, alcanzando el dominio de todo lo posible. El poema titulado «Si», de Joseph Rudyard Kipling, escrito como un consejo a su hijo, expresa una idea de liderazgo del siguiente modo:

 

«Si guardas en tu puesto, la cabeza tranquila, cuando todo a tu lado es cabeza perdida. Si tienes en ti mismo una fe que te niegan y no desprecias nunca, las dudas que ellos tengan. Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera. Si engañado, no engañas, si no buscas más odio, que el odio que te tengan… Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres, Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres. Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo. Si piensas y rechazas lo que piensas en vano. Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota, y a los dos impostores les tratas de igual forma. Si logras que se sepa la verdad que has hablado, a pesar del sofismo del orbe encanallado.» – Rudyard Kipling

Este escritor nacido en Bombay, premio Nobel y autor de El libro de la selva, considera un liderazgo inte­gral, donde el servicio, la templanza y la comunicación son esen­ciales para conseguir los objetivos, pero también lo es la derrota y la resiliencia como una oportunidad para recomenzar:

 

«Si vuelves al comienzo de la obra perdida, aunque esta obra sea la de toda tu vida. Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría, tus ganancias de siempre, a la suerte de un día, y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea, sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era. Si logras que tus nervios y el corazón te asistan, aun después de su fuga, de tu cuerpo en fatiga, y se agarren contigo cuando no quede nada, porque tú lo deseas y lo quieres, y mandas. Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud. Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz. Si nadie que te hiera, llegue a hacerte la herida. Si todos te reclaman y ninguno te precisa. Si llenas un minuto envidiable y cierto, de sesenta segundos que te lleven al cielo… Todo lo de esta tierra, será de tu dominio, y mucho más aún, serás hombre, hijo mío. Lo que ve el líder, tiene un significado único que le permite transformar su visión en una acción transformadora y de inspiración para los demás.»  – Rudyard Kipling

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