Salud mental: Situación actual del país

 

El pasado 10 de octubre se celebró el día de la salud mental en el país. Las cifras sobre este tema no son alentadoras, es más entre los países de la OCDE, Chile es el que menos invierte en la salud mental. La OMS recomienda un 6% del presupuesto de salud anual, mientras que Chile llega al 2,1%.

 

Según El Dínamo, antes de la pandemia una de cinco personas con depresión accedía a atención por su tratamiento. Por el coronavirus estas disminuyeron en un 70%. 

 

Otras cifras indican que existen pocas organizaciones que se preocupan por el bienestar de sus trabajadores. Según el estudio Termómetro de la salud mental en Chile de la ACHS y la Universidad Católica, solo un 54.1% señala que se le ha informado sobre los riesgos de trabajar en solitario o aislado, que supone la modalidad de teletrabajo.

 

Tener una mala salud mental tiene un impacto en la productividad de los colaboradores. Esto se debe a que empeora la calidad de vida de los trabajadores, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades físicas, lo que supone un alto costo.

 

Ley Integral de Salud Mental

 

Desde el Gobierno planean proponer una Ley Integral de Salud Mental a fines del 2023, en el segundo eje del mandato. La necesidad de esta ley es evidente y urgente. Según Manuel Araya, psicólogo responsable técnico en Psyalive, plataforma que promueve la educación en salud mental, nos comenta que “es urgente una ley de salud mental, sin embargo, no podemos olvidar lo que se ha hecho en esta materia en nuestro país. Si bien estamos atrasados en comparación con otros países, Chile va más a la vanguardia en el diseño de políticas públicas que ayudan a la salud mental”.

 

Además, agregó que post pandemia hay mucha más incidencia y prevalencia de enfermedades mentales. Cabe destacar que actualmente en el Congreso está la discusión implementar una Subsecretaría de Salud Mental al interior del Ministerio de Salud.

 

Por otro lado, Lorena Urtubia, socia en Omora Consultores y experta en Calidad de Vida, nos comentó que “la salud mental es uno de los principales focos que hay que atender en Chile ya que somos uno de los países que más ha elevado sus índices de depresión, crisis de pánico, alcoholismo y drogadicción (entre otros) debido a que no existen políticas que faciliten el acceso a la salud mental”.

 

Lo que busca esta ley es asignar un presupuesto para el tratamiento y atenciones médicas en salud mental. Además, de abordar los distintos riesgos y problemáticas a través de soluciones integrales con distintos profesionales, no solo psicólogos y psiquiatras. 

 

Cómo enfrentar la salud mental desde las organizaciones

 

Mantener el bienestar de los colaboradores es una tarea difícil, sin embargo desde las organizaciones se pueden realizar distintas dinámicas y actividades para favorecer la salud mental de las personas. 

 

En muchas oportunidades es la propia organización la que perjudica la salud mental de los individuos, por lo que es esencial que los líderes hagan notar su preocupación. 

 

Para el psicólogo de Psyalive, Manuel Araya, la gestión de la salud mental por parte de las organizaciones tiene que ser un factor primordial hoy en día. Y debemos cambiar la mirada hacia un trabajador que no sea un medio, sino un fin en sí mismo.

 

Las organizaciones no deben pensar en la productividad del trabajador como principal factor, sino que deben garantizar su bienestar, y así no reducir la importancia de los colaboradores. Es necesario que nos preocupe el bienestar del trabajador porque es parte de nuestra familia, o por las metas y objetivos de la organización.

 

Lorena Urtubia, socia en Omora Consultores, por su parte comparte distintas iniciativas para prevenir y manejar el estrés dentro de las organizaciones. Ejemplo de esto son: “mindfulness, imaginería, respiración consciente, alimentación saludable, etc. También, trabajar en la organización del trabajo (administración del tiempo, conciliación de vida laboral – familiar, etc.) y otros aspectos que también influyen en las preocupaciones diarias (presupuesto familiar, crisis emocionales, relación padres – hijos, etc).

  

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