Lactancia materna v/s madre trabajadora

Por Ilia González, directora de Red de Recursos Humano.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda para los recién nacidos lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y mantener la lactancia con alimentación complementaria hasta los 2 años de vida de nuestros hijos.

Es difícil creer que hace poco las madres tenían un post natal de sólo 84 días. Lo que nos invita a pensar ¿qué pasa realmente cuando las mujeres nos reintegramos al trabajo?

Después de los 168 días (84 de post natal y los 84 de permiso parental), hemos sobrevivido al sueldo castigado y reducido, en muchos casos, por los topes legales, después del aumento en el costo del plan de salud en la Isapre, sólo por tener un hijo, por ser mujer, por ser madre, por ser fértil e incluso por si acaso. A eso debemos sumar la ausencia de asignaciones de colación y movilización durante ese periodo, que generan un estrés económico a muchas familias.

Pero bueno, volvamos al tema central de este artículo: la mujer trabajadora versus mujer madre en periodo de lactancia. ¿Es posible mantener la lactancia una vez que regresamos al trabajo? Nuestras empresas hoy, ¿se preocupan por darnos las condiciones de privacidad, de espacio e higiene para extraer y mantener la leche materna?

Es interesante preguntarnos, ¿qué porcentaje de las empresas tiene espacios habilitados especialmente para la extracción de leche materna? Cuántas de ellas se ven forzadas a usar el baño, ocultas, sin ser vistas o simplemente a dejar de extraerse leche y suspender la lactancia.

Sabemos que las empresas no tienen contemplados estos espacios y la consecuencia es que, el bebé de 168 días de vida se queda sin su alimento natural principal y las madres trabajadoras con una carga laboral importante, esperando que produzcan de todo, menos leche. En general nuestra cultura invisibiliza a las madres y la lactancia, ocultamos desde el momento de amamantamiento, hasta el dolor que genera la congestión mamaria cuando pasan más de 8 horas sin extraer la leche de nuestros senos, sin amamantar a nuestros hijos.

Cuanta insensibilidad mostramos con este hecho tan natural, ¿por qué debemos ocultarnos? ¿Por qué nadie puede saber que no hemos dormido porque nuestro bebé de 6 meses pasó toda la noche vomitando? ¿O con fiebre? ¿O con cólicos? ¿O cuándo nuestro hijo simplemente no duerme o desea mamar toda la noche? (especialmente ahora que la madre ya no está disponible en el día y debe compensar el apego durante la noche)

¿Qué nos pasa? ¿Qué le pasa a nuestra sociedad? Es unánime la declaración de importancia de los niños. ¡Estamos envejeciendo! Hoy más de 2 millones de la población tiene más de 64 años.

«Se me acabó la leche cuando volví a trabajar” dicen las madres trabajadoras, obvio que se acaba si no estamos amamantando, si estamos sufriendo en secreto nuestro dolor físico y emocional de no poder mantener el vínculo.

Y no sólo las mujeres sufrimos esta insensibilidad, los hombres también son parte de ella. Tampoco es bien visto que ellos hablen de las horas que pasaron sin dormir sosteniendo a su bebé en los brazos, buscando aliviar la enfermedad o simplemente hacerlos dormir. Ser padres de bebés es un periodo breve en la vida laboral, pero ¿qué estamos haciendo para apoyarlos?

Mi voz, es tu voz, es nuestra voz. Si no visibilizamos lo que está pasando, ¿Cómo esperamos que las empresas cambien? ¿Cómo esperamos que las áreas de recursos humanos tomen acción?

Sin duda, estamos en deuda como país para lograr más, y mejores condiciones que protejan la infancia, la familia y la humanidad de las personas en el mundo laboral.

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