“Medir los niveles de bienestar y felicidad organizacional es un desafío transversal de la Gestión de Personas en LatAm”.
#RankmiPulse 2022.
Si para el 2022 una de las tendencias clave en gestión de personas era la necesidad de incidir en el bienestar y calidad de vida de los colaboradores, a raíz del contexto económico actual ese reto se convirtió en una prioridad para las organizaciones.
No hay dudas de que han sido casi tres años de grandes cambios, ya que pasamos de un entorno adverso en la pandemia a una cierta euforia de recuperación cuando se flexibilizaron las restricciones y aumentó el empleo. Adicionalmente, se produjo un cambio en el perfil de los profesionales y se generó una especie de guerra por el talento.
Pero, de repente, aparece el fenómeno inflacionario como consecuencia de diversos factores, pero principalmente por los conflictos regionales y globales que han tenido un impacto tremendo en el costo de la vida. Esto ha obligado a redefinir en muchos casos las estrategias de compensaciones y beneficios en aquellas organizaciones que buscan garantizar la experiencia de sus trabajadores.
¿Qué hacer ante este contexto?
Seguramente esta pregunta sigue apareciendo en la mayoría de las empresas y sobre todo en las áreas de Gestión de Personas, que han tenido que ser resilientes para alcanzar el objetivo de retener y atraer el mejor talento.
¿Cómo incidir en el bienestar de los colaboradores? Hay toda una diversidad de opciones, entre ellas los programas de incentivos y reconocimientos.
¿Qué son los programas de incentivos laborales?
La respuesta la ofrece Eduardo Parraguez, Product Manager de Beneficios+ en Rankmi:
“Estos programas tienen como propósito incentivar, reconocer y hasta premiar el desempeño de los colaboradores en las empresas. Cuando están bien diseñados y personalizados inciden no solo en el rendimiento, sino además en el compromiso de las personas”.
Otra definición la aporta la EAE Business School, escuela española de negocios, que nos dice que:
“Los programas de incentivos te permiten mantener a los mejores trabajadores y atraer otros con talento. Son el motivo por el que los mejores miembros de la organización deciden permanecer en ella. Incrementan la productividad de los miembros de la organización, quienes harán su mejor esfuerzo para ser productivos y permanecer en la compañía”.
Aquí es importante aclarar que los beneficios no son iguales a incentivos, pero se complementan, como lo explica Eduardo Parraguez:
“Los beneficios están dirigidos a todos los integrantes de la organización, mientras que los incentivos son compensaciones que se entregan con base en el cumplimiento de objetivos, desempeño, reconocimiento u otros factores ligados al trabajo, los cuales incluso pueden ser segmentados a colaboradores específicos. En su conjunto son una eficaz herramienta para incidir en el bienestar y en la productividad de las personas”.
¿Cuál es el valor extra para las compañías?
El especialista de Rankmi tiene una clara respuesta a esta interrogante:
“Este tipo de incentivos y/o reconocimientos actúan como un potente motivador de los colaboradores quienes, por ejemplo, acumulan puntos que luego pueden canjear por beneficios internos. Incluso pueden canjearse por productos o servicios, dependiendo de los convenios que tenga la organización con proveedores externos”.
Agrega que igualmente contribuyen a potenciar la marca empleadora e incluso funcionan perfectamente para atraer talento, sobre todo aquel que evalúa no solo el paquete salarial, sino también los beneficios que otorga una empresa.
Los programas de incentivos laborales sirven para aumentar el compromiso de la plantilla, al elevar su moral y satisfacción con la compañía. Esto minimiza el absentismo, reduce el conflicto y evita que se cree un clima laboral negativo.
Acumular puntos canjeables por beneficios, productos y/o servicios
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